Nuevo Laredo, Tamaulipas.-El Sargento Segundo de Caballería de apellido Gamaliel, amenazó con matar al soldado que le envió el video, que él a redes sociales vinculadas a corporaciones estatales.
El video, del cual El Universal publico la semana pasada, da a conocer la ejecución extrajudicial de al menos un civil secuestrado, que había sobrevivido a un supuesto enfrentamiento donde personal militar acribillo a presuntos delincuentes.
El soldado A.C., había desertado ante las amenazas de muerte que recibió por parte del sargento Gamaliel, pero al darse cuenta que este había filtrado el video y podría enfrentar problemas legales, se presentó ante la Guarnición Militar en Puebla.
Las indagatorias que realiza la milicia han permitido establecer la responsabilidad del personal castrense en la ejecución extrajudicial de al menos una persona, que estaba vivo y a quien dieron muerte, según consta en el video que sirve de base a las investigaciones.
Aunque inicialmente el soldado A.C., había desertado, tras comparecer ante sus compañeros y confesar que el Sargento Segundo de Caballería, Gamaliel, lo había amenazado de muerte, fue reincorporado al Ejército.
Fue el Sargento Segundo de Caballería, Gamaliel, quien filtro el video –que ahora es la prueba principal- sobre el supuesto enfrentamiento registrado en Nuevo Laredo el pasado 3 de julio y donde tres civiles secuestrados fueron asesinados por los militares, que aun pretendieron hacerlos pasar como delincuentes.
Según la versión oficial, ninguno de las 12 personas que iban en la camioneta sobrevivió, pero el diario tuvo acceso a un vídeo en el que se escuchan militares diciendo que uno de ellos “está vivo”, mientras otro ordena “mátalo a la verga”.
Eran tres jóvenes: uno, migrante de Chiapas; otro, un estudiante universitario, y del tercero que se sigue sin tener información. Estas tres personas fueron incluidas entre los 12 presuntos delincuentes que efectivos de la Secretaría de la Defensa Nacional aseguran haber abatido, sin registrar ninguna baja.
Estas personas estaban secuestradas, llevaban manos y pies amarrados. Dos de ellos recibieron un impacto de bala en el tórax, de arriba hacia abajo, y el tercero murió de un balazo en el cráneo, disparado de uno a tres metros de distancia. A diferencia de los demás cuerpos, estos tres sólo tenían un impacto de bala. Fotografías en poder de El Universal revelan cómo los cuerpos presentan grandes cantidades de disparos.