CIUDAD VICTORIA, Tamaulipas .—Ex policías ministeriales de ciudad Reynosa, Tamaulipas, vinculados al Cartel del Golfo, integran un grupo especial del CAIET y son los autores de ejecuciones extrajudiciales, secuestros y extorsiones, denunciaron elementos de la Policía Estatal, que están suspendidos por su participación en la muerte de 8 personas en Nuevo Laredo.
“Son ex ministeriales, mercenarios que cobran por contrato, es decir no están dados de alta en la Secretaria de Seguridad Pública del Estado y no firman los partes, de los hechos en que participan” manifestó vía redes sociales un elemento policiaco.
Todos los integrantes de este grupo especial, que no está dentro del organigrama del CAIET ni de la SSPT, son ex ministeriales de Reynosa, ligados al Cartel del Golfo, en donde fue presidente municipal el actual gobernador de Tamaulipas, Francisco Javier García Cabeza de Vaca.
Estos ex ministeriales mercenarios fueron identificados por sus compañeros del Centro de Análisis, Información y Estudios de Tamaulipas (CAIET), se trata de Armando Hernández alias La Flaka, Jorge Alberto Mireles Uresti alias Chino Mireles, Antonio Luis Rodríguez, Alberto Chales Limón, Anastasio Castillo alias Tacho, Ociel Aldape Cervantes alias Chamagol.
Así como José Martin Vaca González, quien es el chofer del director del CAIET, Félix Arturo Rodríguez Rodríguez, quien solo recibe órdenes y da información de los operativos, directamente al gobernador Francisco Javier García Cabeza de Vaca.
“Estos ex ministeriales de Reynosa, están ligados al Cartel del Golfo y estuvieron al servicio de los jefes criminales, entre ellos Jorge Eduardo Sánchez Costilla alias El Coss, Gregorio Sauceda alias Goyo Sauceda, Héctor Sauceda alias El Karis, mandos del CDG dicha ciudad, así como de Gilberto García Mena alias El June, de Miguel Alemán”, señaló otro de los elementos suspendidos.
Este grupo especial, integrados por ex ministeriales de Reynosa, son quienes realizan los montajes de supuestos operativos en esta capital y en diferentes ciudades de Tamaulipas, donde siempre hay civiles muertos, sin que se registren lesiones o bajas por parte de las autoridades.