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Por Abisaí Rubio.
Las elecciones del 2016 en las que se disputaron 12 Estados de la republica mexicana, dejaron una gran enseñanza para varias entidades que han sido fuertemente azotados por la delincuencia organizada que se disputa el territorio para el trasiego de drogas hacía estados Unidos y donde los enfrentamientos, secuestros, extorsiones, levantones, balaceras, robos patrimoniales y de vehículos están a la orden del día.
Dos de estos Estados son Veracruz donde el PRI llevaba 86 sin perder y Tamaulipas con 87 años gobernador por el partido tricolor, mismos que fueron derrotados, el primero por el PAN y el PRD y en Tamaulipas por Acción nacional.
Estos cambios de gobierno después de muchos años dejan ver en claro que la gente se canso de vivir con incertidumbre e inseguridad, con impunidad y corrupción, con miedo y temores, situación o tema que fue una de las banderas enarboladas por los aspirantes a gobernadores de los partidos opositores al gobernante.
En el caso de Tamaulipas, Francisco Javier García Cabeza de Vaca, actual gobernador, realizo una campaña fuerte de ataque directo a la colusión de autoridades y funcionarios con el crimen organizado, que dejó crecer la impunidad de actuación de la delincuencia y se proclamaba como la persona idónea para satisfacer la demanda mas sentida y el reclamo mas sensible de los ciudadanos que era vivir en paz y con tranquilidad.
En su campaña Cabeza de Vaca jugo con el miedo y temor del electorado y sus discursos hablaban siempre de acabar con la narcopolítica y de que él no pactaría con los criminales y se autoproclamaba como el mesías que devolvería la paz y tranquilidad a los tamaulipecos, situación que a un año y casi 4 meses no se ve reflejado en la entidad, pues la sociedad aun no percibe los vientos del tan cacareado cambio.
Antes, por el contrario, en algunas ciudades del estado se ha recrudecido la violencia, como es el caso de la ciudad fronteriza de Reynosa, su tierra natal, misma de la que él fue alcalde en la administración 2004-2007 y que hoy la violencia, muerte y destrucción son el pan nuestro de cada día.
Digo esto porque dice el dicho que “el que escupe para arriba en la cara le cae” y ahora ya como gobernador de Tamaulipas, le tocó recibir la misma critica que el hizo durante su campaña, pues este martes 23 de enero el precandidato del PRI a la presidencia de la republica José Antonio Meade estuvo de visita en ciudad Victoria, donde se solidarizó con las familias tamaulipecas que han sufrido altos niveles de violencia en la entidad.
En su mensaje ante militantes de su partido José Antonio Meade enfatizó que Tamaulipas ha sido golpada por una crisis de inseguridad, en las que las mujeres no salen tranquilas de sus casas, donde las madres de familia viven angustiadas por no saber si sus hijos regresaran con bien a sus hogares, donde los jóvenes pueden ser victimas de delitos en el trayecto a sus centros de estudios o trabajados y donde hay gente que vive y se levanta con la idea de hacer mal a la sociedad y a quienes no se ha combatido con decisión y firmeza.
Ante estos altos índices de inseguridad que hoy se viven en Tamaulipas, José Antonio Meade, al igual que lo hizo Cabeza de Vaca en sus discursos como candidato a la gubernatura, presentó algunas de las promesas de campaña en materia de seguridad pública, en las que planteo que una de las prioridades de su gobierno será regresarle a las familias tamaulipecas la paz y tranquilidad, donde con acciones claras y contundentes los criminales no encuentren refugio, además de implementar operativos y estrategias diseñadas para quitarles las armas a los delincuentes e impedir el flujo de dinero en efectivo.
En el discurso el planteamiento se oye muy convencedor, sin embargo, en la practicas las cosas son distintas, y esto lo vivimos todos los días en Tamaulipas, pero bueno a final de cuentas la inseguridad es y seguirá siendo solo una bandera política con fines electoreros en México y Tamaulipas.
